Si estás planeando un viaje a Filipinas con tu pareja y tu bebé, Boracay puede ser el lugar perfecto para disfrutar de un destino paradisíaco sin dejar de lado la comodidad que necesitan los más pequeños. Esta isla, famosa por sus playas de arena blanca y aguas turquesas, no solo es un destino romántico, sino también un rincón tranquilo donde viajar en familia se convierte en una experiencia inolvidable.
Nosotros pasamos 6 días aquí y te contamos cómo organizar tu itinerario para aprovechar lo mejor de Boracay viajando con un niño de dos años.
Día 1: Llegada a Boracay y primer contacto con White Beach
Llegar a Boracay implica un pequeño trayecto: normalmente se vuela hasta Caticlan o Kalibo y luego se toma un corto ferry hacia la isla. Puede sonar agotador con un bebé, pero todo el esfuerzo vale la pena cuando finalmente ves la arena blanca y las aguas cristalinas de White Beach.
Nuestra recomendación es alojarse en la zona de Station 1 o Station 2, donde todo está más cerca y es más fácil moverse con un coche de bebé. La primera tarde conviene tomársela con calma: caminar un rato por la playa, dejar que el pequeño juegue con la arena y terminar con una cena temprana frente al mar. Boracay tiene un ritmo pausado que te invita a desconectarte desde el primer momento.
Día 2: Descubriendo White Beach y su mágico atardecer
White Beach es el corazón de Boracay. Sus casi cuatro kilómetros de arena suave son ideales para recorrer en familia, sin necesidad de planear demasiado. Durante el día puedes disfrutar del agua tranquila, perfecta para que el bebé chapotee sin peligro. Hay restaurantes frente al mar con menús internacionales, lo que facilita mucho las cosas cuando viajas con niños pequeños.
La tarde es el mejor momento del día: el atardecer en White Beach es simplemente inolvidable. El cielo se tiñe de tonos naranjas y rosados mientras los barcos de vela navegan en el horizonte. Es un espectáculo que puedes disfrutar tranquilamente sentado en la arena, con tu bebé jugando cerca, sin prisas ni complicaciones.
Día 3: Excursión en barco al estilo familiar
Una de las actividades más populares en Boracay es el island hopping, pero cuando viajas con un niño pequeño es mejor adaptarlo. En lugar de un tour compartido, recomendamos alquilar un barco privado para poder decidir el ritmo de la excursión.
Hicimos paradas cortas en Puka Beach, famosa por sus conchas y arena más gruesa, y en Crystal Cove, un islote pequeño con grutas que se pueden explorar sin necesidad de mucho esfuerzo. Todo con calma, sin la presión de los tiempos fijos de un tour tradicional. Al mediodía ya estábamos de vuelta en el hotel, listos para la siesta del bebé y una tarde tranquila en la piscina.
Día 4: Relax en Puka Beach y paseo por D’Mall
Después de un par de días intensos, nos dedicamos a descansar. Puka Beach es menos concurrida que White Beach, lo que la hace perfecta para familias. Pasamos la mañana jugando con la arena y disfrutando de un picnic ligero bajo la sombra.
Por la tarde, fuimos a D’Mall, el pequeño centro comercial al aire libre de Boracay. Aquí encuentras desde tiendas de souvenirs hasta supermercados y restaurantes para todos los gustos. Es un buen lugar para cenar y resolver compras prácticas si viajas con niños.
Día 5: Día libre y opciones para los papás
Boracay también ofrece actividades más aventureras, y aunque viajar con un bebé limita un poco, siempre hay formas de organizarse. Una opción es turnarse con la pareja: mientras uno hace paddle board, snorkel o incluso parasailing, el otro disfruta de la piscina del hotel con el pequeño. Muchos resorts cuentan con servicio de niñera o áreas de juegos para niños, lo que permite a los papás desconectarse por unas horas.
La tarde la dedicamos a relajarnos en la playa, viendo el ambiente animado de Boracay pero siempre con la tranquilidad de que el destino es seguro y amigable para familias.
Día 6: Últimas horas en el paraíso
Nuestro último día fue más corto, pero igual de especial. Dimos un último paseo por White Beach, recogimos algunos recuerdos en D’Mall y nos despedimos con un almuerzo frente al mar. Aunque el regreso implicaba de nuevo ferry y avión, nos llevamos la certeza de que Boracay es un destino que se puede disfrutar plenamente en familia, incluso con un bebé.
Consejos prácticos para viajar a Boracay con bebé
- Visado: los colombianos no necesitan visa para ingresar a Filipinas por estancias de hasta 30 días.
- Moneda: el peso filipino (PHP). Puedes cambiar en la isla sin problema.
- Transporte local: los triciclos motorizados son la forma más común de moverse, aunque con niños pequeños puede ser mejor caminar o quedarse en zonas céntricas.
- Clima: la mejor temporada es entre noviembre y abril, cuando no hay lluvias fuertes.
- Alojamiento: para familias lo ideal es un resort frente a la playa con piscina y restaurante, así no tendrás que desplazarte demasiado.
Conclusión
Boracay es un destino que lo tiene todo: playas hermosas, ambiente relajado y opciones para todos los viajeros. Si viajas con tu pareja y tu bebé, encontrarás que no solo es posible, sino que puede ser una experiencia increíblemente especial. La isla combina aventura y descanso en dosis perfectas para quienes quieren descubrir el paraíso sin complicaciones.